Greg Kroah-Hartman, uno de los desarrolladores más conocidos de Linux y el encargado -entre otras cosas- de mantener las versiones de soporte extendido, ha publicado un artículo en su blog para explicar cuál es la versión más recomendable. Según cuenta, recibe «un montón de preguntas sobre qué versión estable del kernel debería usar [alguien] en su producto, dispositivo, portátil, servidor, etc», y dado que Linux mantiene en activo diferentes versiones al mismo tiempo, ha salido al paso con una detallada opinión al respecto.
Sin embargo, cabe advertir que aun cuando la respuesta de Kroah-Hartman puede servir a alguno de los supuestos que menciona, el grueso de la misma es o debería ser absolutamente prescindible. No porque diga algo que no es -pocas personas saben más del kernel Linux que él-, sino por lo rematadamente obvio del asunto. Que alguien de su nivel tenga que salir a explicar algo tan básico -con la excepción que comentaremos más abajo- da que pensar. Por si acaso, os recomendamos la lectura íntegra de su artículo, si es que tenéis interés en el tema.
Nosotros os simplificamos el contenido y casi que con un cita vale:
Jerarquía de qué kernel usar, de la mejor a la peor solución:
- Kernel soportado por tu distribución Linux favorita
- Última versión estable
- La última versión LTS
- Una versión LTS anterior que aún se mantenga
Qué kernel nunca usar:
- Uno no mantenido
Así lo resume Kroah-Hartman y desde luego no parece que haya que ser desarrollador de Linux para llegar a semejante conclusión. ¿Por qué alguien que no entiende del asunto o no es capaz de trastear con la tecnología debería salirse de lo expuesto? El viejo dicho de «si funciona, no lo toques» se podría adaptar aquí a «si no sabes, no toques«. Conste que no hablamos de casos específicos por los que alguien pregunta por nuevas características del kernel que, por ejemplo, puedan ofrecerle un mejor soporte de hardware.
En otras palabras, si no tienes ni idea del tema, quédate con lo que te ofrece tu distribución, porque detrás hay expertos que lo harán todo por ti y mientras te funcione, no necesitas saber ni siquiera la versión que estás usando. De hecho, las versiones LTS de Linux no son por lo general las que utilizan las grandes distribuciones de soporte extendido, donde tienen a ingenieros trabajando en la aplicación de parches e incluso nuevas características de manera inocua para con el usuario.
Ahora bien, en el caso de desarrolladores o fabricantes, la duda puede estar más fundamentada: ¿es mejor usar la versión más reciente o mejor una de largo recorrido, aunque sea más antigua? Esto es lo que dice Kroah-Hartman al respecto:
Una breve lista de diferentes tipos de dispositivos y lo que recomendaría para sus kernels:
- Portátil / Escritorio: la última versión estable
- Servidor: la última versión estable o la última versión de LTS
- Dispositivo integrado: versión LTS más reciente o versión LTS previa todavía mantenida si el modelo de seguridad utilizado es muy sólido y ajustado.
Greg Kroah-Hartman repite que esta es su opinión y que cada cual actúe como mejor considere, por lo que el primer punto (portátil / escritorio) es debatible: las nuevas versiones del kernel suelen mejorar el soporte de los componentes, pero, ¿la necesitas o con la que lleva tu distro te va todo bien? Entonces, hay que repetir una vez más lo de «no lo toques».
Y, por supuesto, si en tu servidor o dispositivo has instalado Linux a través de una distribución, ten la tranquilidad de que alguien que sabe mucho más que tú del tema se está preocupando por estas cosas.