Ubuntu Touch, el defenestrado sistema con el que Canonical pretendía alcanzar la convergencia en la computación personal, continúa vivo gracias a la comunidad. UBports Foundation, la organización encargada de su desarrollo, ha anunciado el lanzamiento de Ubuntu Touch OTA-4, la mayor actualización del sistema desde la debacle y «el punto de arranque oficial» del proyecto.
Según lo explican en el anuncio oficial, desde que Canonical anunció su retirada del frente móvil y la comunidad se organizó -con el permiso de la compañía para seguir utilizando el nombre de Ubuntu Touch- para continuar con el proyecto, el grueso del trabajo ha consistido en «ponerse al día con el desarrollo, la infraestructura y la consolidación de la comunidad», por lo que es a partir de este punto cuando en UBports comienzan su verdadera andadura.
Lo cual no significa que Ubuntu Touch OTA-4 sea un mero trámite. La nueva versión incluye, de hecho, un salto tan importante como es la actualización de los cimientos del sistema, que todavía se basaba en Ubuntu 15.04, a Ubuntu 16.04 LTS. Otra actualización destacada es la de Qt 5.4 a Qt 5.9 y en el apartado de varios quedan parches de seguridad y mejoras de usabilidad y estabilidad… Y alguna regresión de funcionalidad, también.
Es por ello que a pesar de tratarse de un lanzamiento importante, los usuarios de la versión anterior (OTA-3) no recibirán la actualización automáticamente, como sucedió con la previa. En UBports han decidido esperar y arreglarlo todo, y no será hasta la OTA-5 cuando la actualización se distribuya generalmente, si es que por ese entonces queda algún usuario de Ubuntu Touch que no sea uno de los desarrolladores.
En cuanto a los dispositivos soportados oficialmente, la lista no ha variado y son diez los modelos compatibles, incluyendo los que llegaron con Ubuntu (BQ, Meizu) y los que fueron adaptados (Nexus, OnePlus). Ahora está en desarrollo el soporte para el Moto G de 2014 y por lo que se sabe, el Librem 5 debería sumarse antes o después. Mientras tanto, el otrora proyecto ilusionante se ha convertido en una iniciativa comunitaria loable, pero con un futuro complicado.