Lleva en activo desde hace tres lustros como una de las dos derivadas más representativas de Red Hat Enterprise Linux, antes incluso de que esta adquiriese la denominación por la que hoy es conocida. Pero todo llega a su fin y el de Scientific Linux, si bien no está cerca, ya ha sido anunciado por sus responsables: la distribución científica se despide de manera definitiva.
Desarrollada entre otros por alguno de los laboratorios de física más importantes del mundo, incluyendo el CERN o Fermilab, Scientific Linux se caracteriza por tomar el código fuente de Red Hat Enterprise Linux (RHEL) y crear una distribución Linux plenamente compatible a nivel binario, previa adaptación a sus intereses en lo que a paquetes y aplicaciones se refiere.
Sin embargo, se ha acabado lo de empaquetar el software de Red Hat. Para eso existe CentOS, alternativa elegida como reemplazo por quienes hasta ahora han desarrollado y utilizan Scientific Linux. Hace años que CentOS, clon por excelencia de RHEL, está bajo el amparo de la propia compañía, pero en contra de los temores iniciales su posición como solución compatible y confiable se ha reafirmado.
Desde Fermilab se comprometen a mantener las versiones de Scientific Linux a las que todavía les queda soporte por delante, tanto Scientific Linux 6 como Scientific Linux 7, ambas con años de actualizaciones por delante. Será a partir del próximo lanzamiento de RHEL 8 cuando CentOS 8 se convierta en la distribución que reemplace definitivamente y, más tarde o temprano, Scientific Linux se diluya hasta desaparecer.
Así las cosas, se va uno pero siguen quedando dos clones de Red Hat Enterprise Linux que no tienen visos de moverse de donde están: el respaldado CentOS y el bastardo Oracle Linux, que también permite su desacarga y uso de manera gratuita. Sea como fuere, adiós a Scientific Linux, quizás alguien la eche de menos.