Como bien saben los que siguen el mercado de las gráficas, Intel tiene previsto volver al mercado de GPU dedicadas a mediados de 2020, si bien no se ha cerrado la puerta a posibles retrasos menores para pulir los productos.
Por lo que han recogido nuestros compañeros de MuyComputer hasta el momento, las GPU dedicadas de Intel utilizarán la duodécima generación (Gen 12) de gráficos de la compañía, la cual ha supuesto un salto enorme frente a lo comercializado hasta ahora y también será empleada por los aceleradores gráficos incluidos en los procesadores Tiger Lake. Sabiendo que hasta ahora los gráficos de Intel se han apoyado en el conjunto estándar de Linux para su soporte, o sea, el kernel y Mesa, los precedentes invitan a ser optimistas en lo que respecta al soporte de las GPU dedicadas en GNU/Linux.
El optimismo inicial con las futuras GPU dedicadas de Intel queda reforzado si tenemos en cuenta que hace unos días se introdujo en Mesa 19.3 una gran cantidad de cambios que afectan a los drivers de OpenGL y Vulkan que serán utilizados por Gen 12. Además de esto, el soporte de OpenGL para Tiger Lake solo llegará mediante Gallium3D, driver con el que Intel pretende dar un salto cualitativo notable el en rendimiento de sus gráficos para Linux, con la expectativa de que sea usado por defecto en todas las generaciones soportadas a partir de Mesa 20.0. Sin embargo, no sería sensato descartar que Intel tome el mismo camino que AMD, ofreciendo un soporte bicéfalo privativo y abierto con distintos drivers en cada frente (y no todos oficiales).
Los motivos de por qué Intel ha decidido volver al mercado de GPU dedicadas posiblemente no van tan ligadas a los juegos como el intentar ofrecer soluciones que cubran mejor sectores como la Inteligencia Artificial y el Aprendizaje Automático. Por otro lado, pese al gran avance que supondrá Gen 12, no pinta que Intel vaya a llegar en condiciones de competir con la gama alta de NVIDIA y AMD, siendo su plan (al menos por lo que se sabe de momento) alcanzarles en potencia en unos años. Esto hace que lo importante no sea tanto empezar fuerte como mejorar constantemente, una situación que los usuarios de GNU/Linux conocemos de sobra con proyectos como Steam Play/Proton.
Todavía es pronto para juzgar la mayoría de los aspectos, pero si Intel consigue engancharse al mercado de GPU dedicadas, hay muchas posibilidades que los usuarios de GNU/Linux tengamos otra opción de gráficos de alto rendimiento que se apoye en el conjunto de gráficos estándar del sistema operativo, mejorando así en aspectos como la posibilidad de elegir el entorno gráfico gracias a la mayor y mejor integración, cosa que en estos momentos queda un tanto limitada con NVIDIA, que hasta hace no tanto se había mostrado como la única opción de gráficos de alto rendimiento para GNU/Linux.