Richard Stallman ha caído en desgracia para gran parte del movimiento de que él mismo creó, pero sigue en activo y sus reflexiones en materia de libertades ligadas a la tecnología siguen siendo dignas de consideración. Entre otras cosas, porque nadie les ha dado más vueltas durante tanto tiempo que él.
Así, en un hilo en las listas de correo de GNU que pide la reactivación en serio de HURD como núcleo para el sistema operativo de GNU ante -según el usuario que inicia la conversación- un cambio de rumbo en Linux que no presagia nada bueno, cuyo argumento se sustenta en la cada vez mayor capacidad de control que las grandes empresas tienen sobre su desarrollo, Stallman contesta.
Al argumento de que incluso existiendo Linux-libre (la versión del kernel totalmente libre de añadidos privativos o proprivativos), este todavía está sujeto a las decisiones de aquellos que controlan el proyecto en origen, la respuesta de Stallman es firme: «Creo que se exagera la situación. Lanzamos una versión modificada de Firefox, con nuestros propios cambios que en su mayoría no se instalan en origen. Podríamos hacer eso con Linux si fuese necesario«.
«Hasta ahora no ha sido necesario hacerlo y espero que no lo sea», continúa. «Pero no estamos atrapados. Veo esto como un tema de cierta preocupación. Pero no hay razón para alarmarse«, concluye. Lo que quizá no tiene en cuenta Stallman es que no es lo mismo cambiar cuatro cosas en Firefox que mantener el un proyecto como Linux al margen de las partes que lo desarrollan actualmente.
De hecho, sería mucho más complicado que mantener Linux-libre, cuyo proceso tienen prácticamente automatizado y prueba de ello es la premura que se dan al publicar cada nueva versión, tal y como pudimos ver a principios de esta semana con el lanzamiento de Linux 5.4. Que se lo digan a Google si cuesta seguirle el ritmo al kernel o no.
Sin embargo, conociendo un poco a Stallman, ese quizás que de antes habría que cambiarlo por otro, porque lo más probable es que sea muy consciente de qué supondría llegar a la situación planteada. El otro quizás sería tan simple como que el grueso de los cambios que se implementan en Linux sirven actualmente para dar soporte a servicios en la nube y demás negocio de grandes empresas que nada tiene que ver con el movimiento del Software Libre.
No solo eso: mientras Linux mantenga su licencia, nada cambia a priori. Y cerrar de algún modo su desarrollo sería fatal para el propio kernel, porque esas mismas grandes empresas son competencia entre sí. Ya os contamos hace unas semanas que Los gurús de Linux coinciden: Microsoft quiere controlar Linux, pero no hay de qué preocuparse. Y quien dice Microsoft, dice cualquier otro gigante de los que quieren comerse el mundo.