Aunque cada vez que hablamos de los nuevos formatos de instaladores como Flatpak o Snap solemos advertir que no es aconsejable darles demasiado protagonismo y que, siempre que se pueda es conveniente seguir confiando los paquetes tradicionales con los que cada distribución construye sus repositorios, hay compañías dispuestas a llevarnos la contraria. Es el caso de Mozilla, que ya prepara su Firefox oficial como Flatpak.
El proyecto está todavía en ciernes y tiene varios problemillas que solventar antes de poder definirse como estable y recomendable, incluyendo la traducción de la aplicación y alguna que otra opción en la configuración de la misma. Pero están cerca de conseguirlo y en breve podremos anunciar que Firefox tiene su paquete Flatpak oficial… para instalar desde Flathub (para que luego se diga del «centralismo» de la Snap Store: en el caso de Flatpak no es obligación por diseño, pero sí es así de facto…).
No obstante, conviene señalarlo, también hay Snap oficial de Firefox y desde hace más tiempo, aunque por fortuna en Canonical aún no tiran de él en exclusiva para ahorrarse compilar la aplicación para las diferentes versiones de Ubuntu en activo, como sí han empezado a hacer con Chromium. Para los curiosos: sí, también hay Firefox como AppImage, si bien en este caso no se tata de un proyecto oficial.
Además, por si hace falta mencionarlo, cualquier usuario de Linux puede descargar el binario desde la página web oficial de Firefox, descomprimirlo y ejecutarlo tan ricamente, lo cual nos lleva a la cuestión: ¿para qué demonios es necesario entonces un Firefox como Flatpak o Snap?
Yo no lo tengo muy claro, aunque hay cosas que tienen más sentido que otras. Por ejemplo, las capacidades de aislamiento de ambos formatos, interesantes de cara a mejorar la seguridad de una aplicación tan delicada de por sí como el navegador web.
Y por el otro lado, tanto Flatpak como Snap han demostrado que pueden dar más de sí de lo aparente, como veíamos ayer en el tutorial que publicada Eduardo Medina sobre cómo instalar Steam en Debian, y en el que el instalador Flatpak ayudaba a mantener fácilmente la versión del software gráfico al día.
Aun así, las desventajas de Flatpak y Snap son lo suficientemente acusadas como para que el consejo que os transmitíamos al principio de este artículo sea con el que lo despidamos: para lo justo y nada más.