Estamos hablando este año bastante sobre Wayland y con razón: el servidor gráfico de nueva generación del escritorio Linux ha experimentado avances considerables en los últimos tiempos y cada vez da para contar más cosas, pero la conclusión suele ser por lo general siempre la misma, y es que sigue sin estar listo para ponerse al frente de la mayoría de distribuciones.
La culpa no es de Wayland per se, pues el protocolo está más o menos maduro, sino del software que todavía está en proceso de adaptación. De los principales entornos de escritorio de Linux, por ejemplo, solo GNOME ofrece una experiencia satisfactoria, mientras que el resto continúa mejorando su implementación poco a poco. Lo mismo sucede con muchas aplicaciones.
Una muestra de este desbarajuste la tenemos en las grandes distribuciones Linux que utilizan GNOME: Ubuntu 20.04 LTS, cuyo lanzamiento esperamos para pasado mañana, seguirá confiando la sesión por defecto en X.Org; y sin embargo RHEL 8 se atrevió a ponerlo como servidor predeterminado en su edición de escritorio. Ni con KDE Plasma, no con cualquier otro entorno de escritorio, se ha llegado a tanto.
Es normal: no es que KDE Plasma funcione mal en Wayland, pero está salpicado de pequeños errores que le pueden sacar a uno de quicio; y en cuanto a Ubuntu vs RHEL o Fedora, la verdadera veterana en incluir a Wayland por defecto, no es la misma responsabilidad. La distro de Canonical sigue siendo la número uno del escritorio Linux y dada su extensión, especialmente la de las versiones LTS, preservar la compatibilidad ha sido siempre clave.
Por todo esto, resulta sorprendente que Firefox rinda mejor en Wayland que en X.Org, y un poco más sorprendente si cabe que lo haga mejor en KDE Plasma que en GNOME. Eso es al menos lo que arrojan los resultados de unas pruebas que han hecho en Phoronix, en las cuales GNOME solo gana la carrera en una. Que sí: hablamos de milisegundos y hay tropecientas variables que podrían alterar las mediciones; pero aun así.
Al fin y al cabo, son el mismo tipo de pruebas en las que Chrome suele barrer a Firefox, muchas veces por milisegundos que en uso real apenas se perciben (otras veces sí se perciben y bien, pero esa es otra historia). Son, en definitiva, un indicativo más, que no el único ni el más valioso.
Cabe señalar también que Wayland no va solo de rendimiento. El inevitable cambio de servidor gráfico obedece a las limitaciones de X.Org, propias de un desarrollo de otros tiempos que no está preparado para abordar con diligencia las necesidades tecnológicas actuales. Así que esto no es una competición, porque lo que la mayoría deseamos es que Wayland esté listo para la acción cuanto antes.
Con respecto a Firefox y Wayland, también han habido avances significativos recientemente. No por Mozilla, para la que Linux nunca ha sido una prioridad, sino gracias a los esfuerzos de Red Hat y compañía. Así, los usuarios de Fedora llevan tiempo disfrutando de algunas ventajas con peros, que a partir del lanzamiento de Firefox 76 en mayo se espera que se amplíen y se extiendan al resto, en concreto, en lo que a la aceleración por hardware para la reproducción de vídeo en alta definición se refiere.