Nos preguntábamos la semana pasada si Google bloqueará la sincronización en Chromium, siguiendo su plan de cortar el grifo de las API internas de Chrome a navegadores de terceros basados en Chromium. Y la respuesta es que sí, lo hará sin misericordia alguna y con excusas peregrinas que no se sostienen por ningún lado.
Lo hacíamos -lo de preguntárnoslo- porque no estaba nada claro si ese bloqueo a navegadores de terceros afectaba también a Chromium, ya que cuesta considerarlo como una navegador de terceros, cuando se trata de una compilación directa del código fuente de Chromium. Sin embargo, esta situación nos ha servido para aprender algo de lo que quizás deberíamos haber sido conscientes desde un principio, y es que para Google cualquier compilación de Chromium que no salga de la propia compañía es considerada como una navegador de terceros.
No obstante, la pregunta de marras era entendible también por otras dos razones: la primera, las condiciones que marca la política de Chromium con respecto a desarrollos que utilizan las API internas de Chrome, las cuales han sido ignoradas por Google sin pudor alguno. Tal y como señalamos en el otro artículo, Google tiene la potestad total de cambiar las condiciones de sus productos a su antojo; lo que no puede hacer es ignorarlas sin cambiarlas, porque afectan a muchas partes, como ha sucedido en este caso.
La segunda razón es, atendiendo a la anterior, que le preguntamos por este asunto al director de Ingeniería de Chrome, Jochen Eisinger, y su respuesta fue trasladar la cuestión a «los respectivos mantenedores», dando a entender que la decisión podía depender de estos, es decir, del responsable de mantener el paquete de Chromium en cada distribución Linux en la que está disponible. Evidentemente, no fue honesto con nosotros, cuando días antes ya estaba discutiendo con diferentes mantenedores el tema que nos ocupa.
La discusión que lo deja patente se puede encontrar en los grupos de Google y llama la atención de, entre otros, la iracunda respuesta del mantenedor de Chromium en Slackware, aunque no ha sido el único en pronunciarse sobre el tema, objeto de debate en las listas de desarrollo de las principales distribuciones Linux. En algunas se plantea incluso la posibilidad de eliminar Chromium de los repositorios, a tenor de la pérdida de funcionalidad que le espera.
En Fedora, por ejemplo, el mantenedor de Chromium ha quitado las funciones correspondientes con antelación a la fecha definitiva, que como ya dijimos el otro día será el próximo 15 de marzo. Pero mantendrá el paquete, al menos por el momento. En otras distribuciones todavía se debate qué hacer, porque si bien Chromium seguirá siendo un navegador funcional, la pérdida de funcionalidad que le espera, cabe repetir, va a ser importante.
A partir del 15 de marzo Chromium perderá la función de sincronización de datos (marcadores, historial, contraseñas, etc) con la cuenta de Google, así como las funciones de traducción de páginas, el corrector ortográfico en línea, toda integración con los servicios de Google que hacen uso de las API internas con o sin extensiones, como por ejemplo Google Drive, Gogle Keep, Gogle Calendar, y varias cosas más. Un capado masivo que supondrá el fin de Chromium tal y como lo conocíamos.
Porque cuando hablábamos hasta ahora de Chromium en Linux, lo hacíamos de un clon casi absoluto de Chrome, con matices: su soporte multimedia no es tan bueno, pero a cambio se trata de un navegador cien por cien libre, plenamente compatible con Chrome, sus servicios y extensiones -a diferencia del resto de derivados- y con la opción de eliminar todo rastreo de Google del mismo o no, pudiendo sincronizar datos entre dispositivos, una característica muy útil para quien usa Chrome en Windows o Android.
En cuanto a las excusas peregrinas que no se sostienen por ningún lado, hay que remarcarlo porque Google adujo en un primer momento supuestos abusos que podrían derivar en problemas de seguridad para el usuario, cuando los mantenedores de Chromium en Linux llevan en más de un caso utilizando las mismas claves -las que dan acceso a las API proporcionadas por Google- desde hace una década. De ahí el cabreo que se han pillado algunos.
Hay incluso mantenedores que se plantean la posibilidad de seguir utilizando sus claves para conservar dichas funciones hasta que Google les restrinja el acceso, es el caso de Arch Linux, cuyo mantenedor avisa que llegado el momento eliminará el paquete de los repositorios; y ya que estas claves aún son de acceso público, facilitar a los usuarios que lo deseen hacerlo por sí mismo, aunque no parece solución ninguna. Desde Google avisan que no permitirán abusos en ese sentido.
En definitiva, si eres usuario de Chromium en Linux y utilizas la sincronización y otras funciones ligadas a los servicios de Google, vete olvidando. O te pasas a Chrome o te buscas una alternativa. Afortunadamente, las hay de sobra.