Una de las virtudes de KDE Plasma en su conjunto, incluyendo entorno y aplicaciones, es la inmensa capacidad de personalización que ofrece sin instalar extras: con las propias herramientas que proporciona el escritorio, uno puede adaptar la experiencia de uso hasta casi el más mínimo detalle. Pero esta ventaja tiene también una parte negativa, y es que recrear personalizaciones profundas puede resultar tedioso según el caso.
Y casos hay muchos: del que no toca nada y lo deja todo como viene por defecto, al que lo toca absolutamente todo hasta conseguir una estampa única, pasando por los que solo modifican algunos aspectos para mayor comodidad y gusto. En este último grupo, creo, está la mayoría de usuarios de KDE, entre los que me encuentro; o así lo entiendo yo cuando veo a la gente compartir capturas de su escritorio: nadie personaliza más su escritorio que los usuarios de KDE… como por otra parte es coherente con la idiosincrasia del entorno.
¿Y qué pasa cuando reinstalas el sistema o te da por probar otras configuraciones? Que tienes que volver a dejarlo todo como estaba, si es que quieres recrear esa personalización ideal. Sin embargo, incluso a los usuarios veteranos de KDE nos cuesta a veces encontrar esa opción que tocamos un día por casualidad, pero que nos pareció un broche de oro más para nuestro escritorio. ¿Cómo automatizar este proceso? En mayor medida, con un plasmoide -llámalo apple o widget si lo prefieres- llamado Plasma Customization Saver.
En efecto, puedes guardar la configuración del escritorio y aplicaciones en pleno copiando las carpetas ocultas correspondientes de tu directorio personal; y puedes afinar más todavía la selección y eligiendo qué copiar y qué no. Pero esto es incluso más tedioso que configurarlo todo de nuevo porque tienes que ir guardando los cambios que hagas, y dependiendo de cómo lo hagas, importarlo a una nueva instalación puede ocasionarte problemas. Plasma Customization Saver lo simplifica todo de un plumazo.
La instalación de Plasma Customization Saver es sencilla: puedes hacerla con el método tradicional (menú contextual sobre el panel y»Añadir elementos gráficos > Obtener nuevos elementos gráficos… > Descargar nuevos elementos gráficos…») o sin dar tantas vueltas a través de Discover, entrando en la sección de «Complementos de Plasma» y buscando. Como cualquier otro plasmoide, una vez instalado solo tienes que añadirlo al panel para poder usarlo.
Su uso es más sencillo si cabe: abres Plasma Customization Saver, introduces un nombre (solo una palabra) y le das a guardar. Te generará un archivo comprimido con toda su configuración de Plasma, que podrás importar dándole al segundo botón de Plasma Customization Saver. Más básico que un botijo.
Mientras mantengas instalado Plasma Customization Saver en el mismo sistema, todas las configuraciones que hayas guardado se mostrarán en un lista, permitiéndote aplicarlas para cambiar rápidamente de una a otra, exportarlas para una próxima reinstalación del sistema o eliminarlas.
¿Mola o no?
Lo que te estarás preguntando es, ¿qué guarda exactamente Plasma Customization Saver? Aquí está el quid de la cuestión, aunque la respuesta es complicada… porque guarda mucho, pero no todo:
- Los temas visuales del escritorio, incluyendo el estilo de las aplicaciones, los temas de Plasma, los esquemas de color, la decoración de las ventanas, los temas de iconos… incluyendo todo lo que hayas descargado, siempre que hayas descargado algo (lo descarga todo en la importación, y de todo lo que uses ya incluido por defecto con el escritorio se guarda como configuración).
- La configuración de Plasma, incluyendo los plasmoides que hayas descargado y su configuración.
- La configuración de aplicaciones como Dolphin, Konsole, Krunner, Klipper, Latte Dock y las distribuciones que tengas guardadas…
- La configuración de componentes y funciones como KWin, las reglas personalizadas de KWin, las aplicaciones al inicio, los atajos de teclado…
En definitiva, Plasma Customization Saver no es perfecto, porque la configuración disponible en KDE Plasma va más allá de todo lo listado, pero es una herramienta de lo más interesante para ahorrarse un buen rato de toqueteo y por lo que he podido probarla, funciona muy bien. Os la recomiendo a quienes os gusta personalizar vuestro escritorio, pero os da pereza hacerlo cada vez que reinstaláis el sistema; o a quienes os gusta retocarlo todo de vez en cuando, solo para acabar arrepintiéndoos al rato.
El siguiente vídeo muestra el funcionamiento de Plasma Customization Saver: