Fedora, la popular distribución Linux, ha sido reconocida como “bien público digital” por la DPGA (Digital Public Goods Alliance), la organización de bienes públicos digitales puesta en marcha por Unicef con el propósito de promover el desarrollo sostenible a través de soluciones Open Source que contribuyan a un mundo más equitativo.
Los motivos que han llevado al reconocimiento de Fedora Linux como bien público digital por parte de la DPGA han sido los siguientes:
- La promoción de las mejores prácticas y su adhesión a los estándares.
- La creación una plataforma innovadora para hardware, nube y contenedores que permite a desarrolladores de software y a miembros de la comunidad crear soluciones personalizadas para los usuarios.
- La gratuidad y el cumplir con los principios del software libre, por lo que concede permisos para usarlo, modificarlo, fusionarlo, publicarlo, distribuirlo, sublicenciarlo y/o vender copias, todo eso con la condición de que otorgar los mismos permisos a cualquier persona que utilice un producto resultante de Fedora.
- Su adhesión a los principios de la privacidad y a otras leyes nacionales e internacionales relacionados con esa materia.
- El hecho de que comparta información personal de manera limitada y a través de vías reconocidas (y suponemos que transparentes).
- El no causar ningún perjuicio a los usuarios.
- El seguimiento de las pautas de la política de privacidad y el poner estas a disposición de sus socios.
En resumidas cuentas, Fedora ha sido declarada como bien público digital gracias, sobre todo, a su adherencia a los principios del software libre. Aquí se suma el hecho de que Fedora es la distribución que marca el camino a seguir por Linux en cuanto a su evolución tecnológica, lo que recalca su posición como referente de Linux y el software libre.
Con los motivos del reconocimiento de Fedora puestos sobre la mesa, vamos a mencionar los requisitos de la DPGA: usar software Open Source, datos abiertos, modelos de inteligencia artificial abiertos, estándares abiertos y contenidos abiertos. Además, el proyecto tiene que cumplir con diversas leyes, entre las que están las de privacidad y las de buenas prácticas, y debe apoyar y promover los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas.
La consideración de la DPGA como bien público digital no solo abarca sistemas operativos, sino también otras áreas como la lectura en las fases iniciales, la inclusión financiera, la salud y la adaptación al cambio climático, todo eso con el foco puesto en países de ingresos bajos o medianos. Por otro lado, la organización mantiene unas Comunidades de Práctica compuestas por grupos de expertos que apoyan el descubrimiento, la evaluación y el avance de los bienes públicos digitales que abordan necesidades críticas.
Que Fedora sea considerada como bien público digital por parte de la DPGA es todo un espaldarazo para el proyecto, que ya no solo ostenta una posición de referencia tecnológica dentro de los vastos espectros de Linux y el software libre, sino también por el hecho de contribuir a hacer un mundo mejor.
