Arch Linux está de enhorabuena, ya que este mes se celebra el vigésimo aniversario del primer lanzamiento de una de las distribuciones más populares, reconocidas y prestigiosas, hasta el punto de consolidarse, posiblemente, como el sistema operativo para usuarios avanzados más popular del mundo (con permiso de otras opciones como Gentoo y Void, por citar dos ejemplos).
Profundizando en los detalles (y en el pasado), el 11 de marzo de 2002 fue publicado Arch Linux 0.1. En aquel lanzamiento se avisó que el instalador disponible no era muy allá, aunque también se invitó a los usuarios a superar el “desafío planteado”. Para la versión 0.2 estaba planeada la documentación de Arch Build System (ABS) y poner a disposición un método de actualización tipo CVS para que la gente pudiese crear sus propios paquetes, el área contrib para paquetes de terceros, la finalización de Pacman 1.2, la adición de un instalador “bastante interactivo” y la adición de más documentación.
Pocos años después Arch Linux se había convertido en una de las distribuciones más populares. Por aquel entonces contaba con un instalador semigráfico, empleada sysvinit como init y era uno de los mayores exponentes de la filosofía KISS (Keep It Simple, Stupid) en el mundo de Linux. Aquellas características estaban acompañadas de un gestor de paquetes Pacman que ya mostraba maneras, un AUR que a día de hoy sigue siendo un complemento valioso para muchos y una documentación de bastante calidad (sobre todo en su versión en inglés).
Durante el transcurso de estos 20 años hemos visto cómo el instalador semigráfico fue sustituido por la consola pura y dura y Pacstrap, la transición de sysvinit a systemd, el regreso de un instalador más amigable y opcional con ArchInstall y cómo el proyecto ha tenido tres líderes distintos: Judd Vinet, Aaron Griffin y Levente Polyák, siendo el último quien actualmente ostenta el cargo.
Además de ser una distribución orientada a aquellos que disfrutan con la línea de comandos, Arch Linux se ha erigido como uno de los reyes del software vanilla, por lo que es una buena elección si se quiere disfrutar del software en un estado al menos cercano a como lo ha dejado el desarrollador original.
La documentación es otro de los aspectos más destacados del proyecto gracias a su elevada calidad. Esto, unido al hecho de que systemd ha sido el eje para consolidar cierta estandarización en Linux, ha abierto la puerta a que no solo sirva como referencia para los usuarios de Arch Linux, sino que también es capaz de aportar soluciones para una gran cantidad de distribuciones, incluidas aquellas que no son derivadas.
Las virtudes de Arch no acaban aquí, ya que Pacman es uno de los mejores gestores de paquetes para Linux y la distribución se ha ido consolidando como una potente base tecnológica de que la derivan distribuciones o sistemas como Manjaro, EndeavourOS y el reciente SteamOS 3. Su naturaleza rolling release y bleeding edge lo han convertido uno de los mejores sistemas para jugar desde Linux, cosa que queda reflejada en la encuesta de Steam.
En resumidas cuentas, desde MuyLinux solo podemos darle la enhorabuena a Arch Linux, un proyecto, una distribución y un sistema operativo que ha logrado su posición por méritos propios y teniendo claro qué quiere ofrecer a su público objetivo, que obviamente no es el usuario común que suele usar un escritorio precocinado. Y pese al sambenito de “sistema para usuarios avanzados” que arrastra, la realidad es que usarlo no es tan difícil si se tiene claro cómo funcionan Pacman, systemd y algunas de las partes o componentes más importantes.