ChromeOS Flex, el sistema operativo de Google derivado de su propio ChromeOS y dirigido al mercado común de PC, ha salido de fase beta y ya está oficialmente soportado en hasta 400 equipos.
El anuncio original de ChromeOS Flex dejó a algunos fríos hace cinco meses debido a que su origen está en la compra por parte de Google de la empresa que estaba detrás de CloudReady. Para los que anden perdidos, CloudReady era un derivado de ChromiumOS que llegó a posicionarse relativamente bien en el mercado, llegando a ser un rival directo de Chrome OS (ahora ChromeOS) a la vez que mantenía con este una compatibilidad casi total, ya que, tal y como pasa con los navegadores web basados Chromium, la principal diferencia estaba en los componentes privativos que Google introduce en su propio derivado.
Pese al disgusto que sintieron algunos después de ver a CloudReady oficialmente difunto, la realidad es que Google tuvo un plan interesante para él: convertirlo en ChromeOS Flex. La base tecnológica seguiría siendo la misma, se sumarían los componentes privativos del gigante de Mountain View y se centraría sobre todo en ser una alternativa a Windows y macOS en equipos que ya han sido vendidos, un rol que las distribuciones Linux siempre han ejercido.
Con la compra de la empresa responsable de CloudReady, Google ha podido dar un pequeño giro a su estrategia en torno a ChromeOS. Ya no sería necesario comprar un Chromebook para usar su sistema operativo para escritorio, sino que estaría al alcance de quien quiera utilizarlo en su propio ordenador personal. Viendo el éxito de los Chromebooks y cómo le ha ido a GNU/Linux como sistema alternativo que por lo general se instala aparte, no tiene pinta de que Google dependa de ChromeOS Flex para masificar su sistema, pero dejar la puerta abierta siempre le permitirá sumar algunos usuarios más.
Google quiere darle a ChromeOS Flex un perfil de resucitador de ordenadores, o al menos esa es la conclusión que se puede extraer tras leer una entrada publicada en su blog oficial: “Al instalar ChromeOS Flex en su hardware existente, no solo obtiene una gran experiencia, sino que también contribuye a una causa importante. Cada año se generan 40 millones de toneladas de desechos electrónicos en todo el mundo, es como tirar 800 portátiles por segundo. Actualizar dispositivos a ChromeOS Flex en lugar de reemplazarlos por completo es una forma impactante de reducir el desperdicio y evitar este problema creciente.”
“Y si realmente necesita que los ventiladores funcionen para mantenerse fresco, puede sentirse mejor sabiendo que los dispositivos que ejecutan ChromeOS Flex consumen un 19% menos de energía en promedio que otros dispositivos”. ¿Suena esto a “robo” del discurso que se ha esgrimido desde Linux durante décadas? Al menos en apariencia, se puede decir que sí.
Salvo por su orientación hacia equipos antiguos, ChromeOS Flex es en base ChromeOS, o sea, un sistema operativo construido sobre Linux y cuya interfaz se apoya en el archiconocido navegador web. También arrastra el inconveniente de ser principalmente privativo a pesar de emplear componentes de código abierto como el kernel Linux y Mesa. Pese a todo, si queréis saber más de ChromeOS Flex, podéis consultar la guía publicada por nuestros compañeros de MuyComputer.