No sé si os habéis enterado, pero Mozilla ha lanzado una crítica especialmente certera hacia Google, Microsoft y Apple por «obligar» a usar sus navegadores web, algo que no es del todo cierto, pero que se entiende con un mínimo de contexto. Es decir, que la posición de dominio que tienen las tres compañías en sus respectivos sistemas operativos, juega en contra de la libre competencia.
La «queja», de hecho, no es tal, o no se reduce a un mero lloriqueo, típico por lo demás en la trayectoria de Mozilla. No. Cinco jardines amurallados: por qué los navegadores son esenciales para Internet y cómo los sistemas operativos los están frenando es todo un informe en torno a esta problemática que sí, es muy real, aunque la «fundación» la utilice en su beneficio.
El asunto de fondo, sin embargo, merece una reflexión y, como apunta Mozilla, una regulación, porque si bien es cierto que a priori cualquier iniciativa privada tiene derecho a hacer las cosas como considere… todo tiene límites, véase el interés general. Por lo que sí, Google, Microsoft y Apple tienen derecho a incrustar sus navegadores en sus sistemas operativos, pero con límites que en muchos casos se pasan por el arco del triunfo.
¿Por qué un navegador web tiene mayor consideración que un editor de texto, una calculadora o un juego? Por todo lo que implica su uso, máxime en la actualidad, en la que el grueso de los usuarios usa el PC o el móvil para realizar actividades en línea, con el navegador como una de las piezas fundamentales de todo el entramado. Ergo, sí, una regulación específica y más dura que la actual sería necesaria.
Este es un artículo de opinión y, como es de esperar, nadie tiene por qué coincidir conmigo, pero en mi opinión, ni siquiera hace falta forzar algo como la ‘Ballot Screen’ (ya sabéis, esa pantalla de elección de navegador que la UE impuso a Microsoft y que sirvió más bien de poco). Con no boicotear a la competencia, es suficiente, como se ha demostrado a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, que Microsoft ponga a Edge como navegador por defecto en Windows, pero que no obstaculice el cambio como lo ha estado haciendo; o que se obligue a Apple a aceptar motores web alternativos en iOS. ¿Qué hay de ChromeOS? Parece complicado, por el diseño del sistema, impulsar cambios en este sentido, pero hasta ahí es posible hacerlo. Sí, se puede usar Firefox en ChromeOS, aunque no en la manera en que sería deseable.
Justo en este caso, el de Firefox en ChromeOS, es de rigor señalar que Mozilla no lo pone fácil con decisiones estúpidas como la de retirar el soporte para la gestión de aplicaciones web; pero dejemos el ejemplo como puente con el que completar el desenlace de esta entrada, que no es otro que la hipocresía que se gasta la «fundación sin ánimo de lucro».
Cabe preguntarse a este respecto qué hubiese sucedido de triunfar Firefox OS, una iniciativa interesante a la par de superflua en la que la compañía dilapidó un dineral para nada: ¿facilitaría Mozilla el uso de otros navegadores? ¿Haría un informe sobre «jardines amurallados», sobre «por qué los navegadores son esenciales para Internet y cómo los sistemas operativos los están frenando»? Lo dudo mucho.
Como dudo que si Firefox no estuviese con el agua al cuello y gozase de un estatus como el que tuvo, pero no retuvo, hace una década, se preocupase por denunciar una situación que, ya lo he mencionado, dista mucho de ser la correcta. El problema, como siempre, no es de Firefox, cuyo funcionamiento en esta época es realmente bueno, dicho sea de paso; el problema, como siempre, es de Mozilla. O más bien, el problema es Mozilla: sus prioridades. y sus inconsistencias.
Me repito para terminar: hace falta una regulación específica, no una nueva Ballot Screen que no sirvió para casi nada: Firefox triunfó en su día sin necesidad de ella y más tarde lo hizo Chrome, este apoyado en la apisonadora propagandística de Google… Pero también Microsoft ha intentado durante años meter su Edge -el de antes y el de ahora- hasta en la sopa, sin éxito. Y no será que a Microsoft le falta músculo económico.
