El proyecto Fedora debate la propuesta de añadir telemetría en la distribución, es decir, algún tipo de sistema que recopile datos del usuario que sirvan a los desarrolladores para poner la atención donde más se necesite. Lo de siempre, vaya; y como siempre, ya se está advirtiendo de los potenciales peligros para la privacidad del usuario.
En concreto, la propuesta que hay sobre la mesa comprende la introducción de «una nueva configuración de recopilación de métricas en la página de privacidad del asistente de inicio de GNOME y también en la página de privacidad en el centro de control de GNOME». La implementación final todavía se debate, pero la idea principal sería esa.
¿Eres usuario de GNOME y te suena el tema? Eso es porque GNOME, el entorno de escritorio predeterminado de Fedora, lanzó hace tiempo su propia herramienta de recopilación de datos, aunque funciona de manera ligeramente diferente y en la mayoría de los casos, hay que instalar ex profeso. Pero no, no es cosa solo de GNOME o Fedora, ni mucho menos.
Aun cuando esto de la recopilación de datos, la telemetría, suena mal, a software privativo y poco de fiar, lo cierto es que es un recurso que puede ser beneficioso para los desarrolladores y, por lo tanto, para el desarrollo; o sea, para el producto del que se benefician los usuarios, especialmente en un ámbito como el del software libre o de código abierto. Y si se hace bien, no tiene por qué despertar resquemores.
Actualmente se encuentra telemetría en software tan diverso como Ubuntu, GNOME, KDE, Firefox… Lo importante es el tipo de datos que se envían y el respeto para con el usuario en el momento de recopilar esos datos. Así, que los datos que recogen en cada informe de telemetría sean de carácter meramente técnico y no incluyan información que permita rastrear al usuario.
A este respecto tenemos ejemplos variados: en GNOME tienes que instalar tú la herramienta; en KDE tienes que irte a las preferencias del escritorio o de las aplicaciones que lo incorporan para activarlo a mano, e incluso puedes elegir el nivel de datos que envías; en Ubuntu te sale nada más instalar el sistema y puedes comprobar en una lista los datos que se recogen… El que peor lo hace es Mozilla, que apenas muestra una página de lectura confusa al instalar el navegador, antes de redirigir al usuario que se la lea a la preferencia exacta para desactivar el reporte.
Lo importante en todos estos casos es que la recopilación de datos es anónima y, en efecto, sirve para conocer mejor a la base de usuario de cada software. Como ejemplo reciente, el informe de GNOME, que nos dejó con una lista de datos tan interesante como esta. Por supuesto, además de aceptar el reporte de turno, tienes que tener la debida confianza en que lo que estás usando es de fiar. Aquí está la clave de todo.
En esencia, por ahí irán las cosas con lo que plantea Fedora, por más que haya quien se esté tirando ya de los pelos. Dicho lo cual, habrá que esperar a que se implemente, algo que no sucederá antes de Fedora 40, para ver con detalle cómo lo van a hacer. El debate por el momento sigue abierto y todo puede ser.