Canonical cumple 20 años. La compañía fundada por Mark Shuttleworth después de lograr el éxito con su anterior empresa, Thawte, vendida a VeriSign en 1999 por 575 millones de dólares, consuma así dos décadas en activo en las que no ha conseguido realizar sus objetivos con plenitud, pero sí posicionarse como referencia en una industria tan competitiva como la del desarrollo software.
Fue un 5 de marzo de 2004 cuando se fundó Canonical y a finales de ese mismo año se presentaba su producto estrella, que como es obvio también se acerca a su vigésimo aniversario: Ubuntu, el «Linux para seres humanos, todo un revulsivo para el Linux de escritorio y una de las distribuciones Linux más populares del panorama, dentro y fuera del mercado doméstico.
No solo de Ubuntu vive Canonical, pero qué duda cabe de que la una no se entiende sin la otra. Y viceversa. Así pues, la historia de Canonical se remonta a la ambición de Shuttleworth de crear un Linux que fuera fácil de usar para el público en general y para ello se basó en Debian, proyecto con el que ya había colaborado y utilizaba, pero para con el que tenía un objetivo claro: proporcionar un sistema operativo de código abierto, gratuito y fácil de instalar.
Sobra decir que lo consiguió, algo reconocido por la comunidad, por la industria y por el mismo creador del kernel Linux: «Lo que Ubuntu hizo muy bien fue hacer que Debian fuera usable», señalaba en su día Linus Torvalds.
En sus primeros años, Canonical se centró en el desarrollo y la mejora continua de Ubuntu, trabajando en estrecha colaboración con la comunidad para impulsar la calidad y funcionalidad del sistema. A medida que Ubuntu ganaba popularidad, Canonical diversificó sus actividades para incluir servicios de soporte técnico y consultoría para empresas y organizaciones que utilizan Ubuntu en sus infraestructuras.
En todos esos servicios, de hecho, se sustenta el éxito actual de Canonical, para la que Ubuntu sigue siendo la piedra angular del negocio sobre la que gira todo lo demás. Atrás quedaron los intentos por dominar el escritorio y más allá, entendiendo ese más allá por Unity y la convergencia que no pudo ser. En efecto, Canonical fracasó en este empeño, pero triunfó en otros.
Así, la compañía es la desarrolladora a día de hoy una de las distribuciones Linux para servidores más extendidas en el sector profesional, lidera segmentos como el del Internet de las Cosas, está muy bien posicionada en otros como los microservicios en la nube y lo que es más importante: ha dejado de ser deficitaria, si bien se resiste a, como se lleva sugiriendo desde hace años, a salid a Bolsa, aunque las informaciones a este respecto nunca han terminado de matizarse.No puedo ser todo lo que se esperaba que fuera
A todo esto, Canonical ha conseguido hacerse con un hueco en el sector profesional de Linux sin desmerecer el papel de Ubuntu en el escritorio, y es que el fracaso en su «asalto a los cielos» no ha mermado la calidad, pero tampoco la popularidad de la que sigue siendo la gran puerta de bienvenida al escritorio Linux. No puedo ser todo lo que se esperaba que fuera, pero… Ahí sigue Ubuntu.
Acerca de Ubuntu, su próximo lanzamiento y el más importante para los dos próximos años, Ubuntu 24.04 LTS, llegará en poco más de un mes con novedades de fondo en su haber como son los 12 años de soporte que ha adoptado esta versión del sistema para sus usuarios profesionales, aunque lo cierto es que está al alcance de todo el mundo -incluso gratis, pero de manera limitada.
No será hasta finales de año, sin embargo, cuando celebremos el veinte aniversario de Ubuntu, ya que la primera versión de la distribución en ver la luz fue Ubuntu 4.10 ‘Warty Warthog’, publicada un ya lejano octubre de 2004. Comenzó entonces una nueva etapa para el escritorio Linux liderada, al menos de cara a la galería, por Ubuntu, la distribución de Canonical.