Ubuntu tiene muchas cosas buenas y otras no tanto, algunas que hace mejor que la competencia y otras que no tanto, e incluso las hay de las que cuesta creer que lo hagan tan mal (esta referencia va por lo que va, no he podido evitarlo). Pero si hay un aspecto en el que Ubuntu es la apuesta segura, «la» elección sin ambages, es cuando tienes la mala suerte de cargar con una gráfica de Nvidia en tu equipo.
Ubuntu es la decisión más acertada, sobre todo y muy especialmente cuando usas un equipo híbrido con Intel y Nvidia. No te quepa la menor duda.
Por supuesto, puedes elegir utilizar la distribución que te dé la gana y, con mayor o menor esfuerzo, configurar el sistema para que funcione lo mejor posible. De hecho, es más que probable que en los comentarios leas a alguien desmintiéndome o compartiendo una experiencia que no se corresponde con lo que yo te estoy contando ahora. Y como eres soberano, harás lo que quieras. Faltaría más. Mi opinión, mi recomendación, sin embargo, es esta que estás leyendo.
¿Cuál seria la mejor jugada previa? No comprar nada que lleve NVIDIA: en tema gráfico, Intel y mejor aún, AMD, son opciones mucho más acertadas para disfrutar del mejor soporte en Linux. Si hablamos de gráficos híbridos en portátiles se complica el asunto, como bien saben los ensambladores de portátiles con Linux, y es que no le meten Nvidia a sus equipos porque les apetezca. Aunque poco a poco se avanza, no son comunes las alternativas.
Un ejemplo de equipos más recomendables serían los nuevos Excalibur y KDE de Slimbook. También los hay de grandes marcas y desde hace más tiempo, pero sigue sin ser la combinación más común del mercado. Y si no solo hablamos de configuración híbrida, sino con enfoque en los juegos, se estrecha el abanico de opciones. Quede esto como un apunte sin mayor pretensión, aunque si estás pensando en actualizar tu equipo y vas a usar Linux, mejor AMD que Nvidia.
Ahora bien ¿y tienes que lidiar sí o sí con Nvidia? Lo dicho, salvo que (creo que sobraba explicitarlo, pero lo haré) seas un usuarios avanzado o experimentado con alguna otra distribución y no necesites de este tipo de consejos: Ubuntu es la elegida. Y quien dice Ubuntu, dice cualquier derivada directa que beba de sus fuentes y software base, por lo que si alguien se estaba inquietando por comentar en favor de Linux Mint o cualquier otra… Para el caso, es lo mismo.
Pero ¿qué problemas hay por no usar Ubuntu? Como he señalado, con un poco de esfuerzo uno puede llegar al mismo puerto, pese a que hay diferencias significativas entre distribuciones. Por haber, hay hasta diferencias entre distribuciones a la hora de instalar los controladores de Nvidia, actualizarlos y el soporte que llegan a ofrecer sin precisar de intervención del usuario. Ni siquiera las más amigables -fuera del espectro de Ubuntu, se entiende- se acercan a Ubuntu.
¿Qué tiene de especial Ubuntu? Que no tienes que hacer nada. O sea, NADA. Lo repito por si acaso: para tener la mejor experiencia con el soporte de Nvidia en Linux, con Ubuntu no tienes que hacer…
Lo pongo así, en gigante, porque lo único que tienes que hacer es nada: instalar el sistema como harías con cualquier otro, preocupándote de marcar la casilla correspondiente para obtener el soporte de elementos privativos (un básico de la instalación de Ubuntu) y al iniciar sesión por primera vez, ya estás usando el controlador de Nvidia o, en el caso de que uses gráficos híbridos, el de Intel, pero en modo On-Demand, con la gráfica dedicada lista para entrar en acción cuando se necesite.
Esto no sucede así en ninguna otra distribución, al menos de las grandes: Debian, Fedora, openSUSE, Manjaro (o cualquier otra basada en Arch)… Incluso en las más accesibles tienes que tocar algo adicional y, peor aún, puede darse la situación de que se actualice el kernel y tengas que esperar a que llegue la versión compatible de los controladores o cosas por el estilo. En Ubuntu tampoco tendrás que sufrir por eso, porque Canonical se encarga de todo… pero de todo, y precisión de cirujano.
¿Hay por ahí alguna otra distribución que facilite tanto este asunto, de la instalación al mantenimiento y el nivel de soporte (recuerda: hablamos de Nvidia, pero también de Nvidia On-Demand, que tiene más historia)? Si la hay, yo no la conozco… Y esa es otra: me apuesto a que si existe, Ubuntu le da un repaso en otros apartados. Así que no te compliques la vida si vienes a Linux y cargas con una Nvidia: Ubuntu te lo da todo hecho.
No se trata, por cierto, de ensalzar a Ubuntu porque sí: cuando hace las cosas mal lo decimos y cuando las hace bien, pues también. Y en el tema que nos ocupa, es la que mejor lo hace. Además, que no te tienes que conformar con «Ubuntu», con el Ubuntu oficial con GNOME: tienes para elegir entre todos sus sabores oficiales, entre derivadas como Linux Mint, Zorin OS, elementary OS…
Y si la inquina te puede más que la conveniencia, tira para otra distro, que en todas puedes instalar y configurar los controladores de Nvidia. Pero no digas luego que Linux es complicado: has elegido mal, que es algo diferente.