¿Eres usuario del gestor de contraseñas Bitwarden? Es probable, porque es una alternativa muy interesante y si eres de código abierto, una de las más destacadas de su categoría. Pues bien, el proyecto ha atravesado estos últimos días por una polémica de la que acaba de salir de manera rotunda.
Resulta que, de un día para otro, Bitwarden introdujo un cambio en su kit de desarrollo que, valga la redundancia, lo cambiaba todo: una dependencia de carácter privativo, indispensable para compilar el cliente de escritorio y motivo de alarma para algunos de los muchos ojos que se posan sobre los proyectos de código abierto, dado que se trataba de una imposición incompatible con las libertades propias del modelo abierto.
De los pormenores de este asunto daban cuenta diferentes sitios, véase este artículo de Phoronix como ejemplo; y la cosa comenzaba a ponerse seria. ¿Cómo justificaron desde Bitwarden el cambio de marras? «Parece que se ha malinterpretado un error de empaquetado como algo más y el equipo planea resolverlo. Bitwarden sigue comprometido con el modelo de licencia de código abierto que se ha implementado durante años», explicaban en X.
Lo cierto es que el cambio fue muy extraño, pero la mala prensa y sobre todo los comentarios airados de los usuarios en redes sociales, denunciando que la versión de escritorio de Bitwarden «dejaba de ser software libre», se iban amontonando. De hecho, llegaron a despachar el hilo en GitHub donde se dio a conocer el tema insistiendo en que se trataba de un error, pero sin concretar una solución definitiva.
Pero esa solución ha llegado y se llama GPL3, la tercera versión de la licencia y la más rotunda, bajo la que se distribuirán en breve todos los componentes afectados. Y digo en breve porque de momento lo que se ha hecho efectiva es la propuesta, según recogen en The Register. Pero salvo disrupción, se espera que el cambio se aplique en los próximos días.
En resumen, puedes estar tranquilo porque si usas Bitwarden, lo que va a cambiar en relación a su naturaleza libre, va a ser para mejor. Sin embargo, la moraleja es otra: no hay que dar por sentadas las cosas. Y es que pese a la excusa del error, esta ha sido una historia de lo más extraña a la que seguiremos la pista. Recuerda que Bitwarden no deja de ser software como servicio.