Sé que aquí las opiniones están muy divididas, pero en mi opinión Linus Torvalds es uno de los mejores líderes tecnológicos de toda la historia: puede que no se muerda la lengua en algunas ocasiones, pero cuando suelta improperios lo hace normalmente con bastantes argumentos. Esos pequeños calentones son parte de su carácter, que de cualquier modo es para mi el perfecto para liderar el desarrollo del núcleo Linux que él mismo creó.
Fuente: Wired
En Wired han publicado recientemente una entrevista muy al estilo Wired -pocas preguntas y respuestas en el texto, que da más bien una perspectiva de su personalidad y sus ideas actuales- y en ella nos acercan a un Linus muy familiar (es padre de tres pequeños friquis) al que le encanta el submarinismo -algo que ya sabíamos-, el color amarillo, y del que nos cuentan algunas anécdotas muy curiosas.
Por ejemplo, que Steve Jobs le ofreció trabajo -no se comenta nada de eso en la biografía de Jobs publicada por Walter Isaacson- y le tentó diciendo que trabajaría «en un Unix para su mayor base de usuarios». Pero Jobs tenía una condición: debería abandonar el desarrollo de Linux, algo que Linus ni siquiera se planteó. «Le dije que no», recuerda el creador del núcleo Linux.
Torvalds es un líder muy distinto a Jobs en casi todo, pero ambos coinciden en ese aura mística que rodea a los grandes de nuestro tiempo y que arrastran a miles y millones de usuarios a disfrutar de sus productos y de defenderlos a capa y espada. Y no en el sentido por el que aboga Stallman, del que hace poco vi otra de sus entrevistas tradicionales -más de lo mismo, más cortes al entrevistador y más ideas extremistas- y cuya personalidad e imagen me parece que no ayuda nada a impulsar el software libre.
Linus es un crack. Poco más que decir.