Aviso: esto que voy a contar ahora es posible que lo sepa ya hasta ‘el Tato’, pero yo me enteré de manera accidental hace muy poco y quería compartirlo en estas páginas. Me refiero a, antes de abandonar Ubuntu por culpa de Unity, seguir con la distro, pero con un escritorio alternativo.
Ya sabéis que no hay ningún problema en instalar en Ubuntu KDE, Xfce o cualquier otro escritorio, aunque personalmente me parece un poco una guarrería, habiendo además alternativas tan interesantes como Kubuntu o Xubuntu, que te permiten permanecer en el ecosistema de Canonical sin pasar por Ubuntu.
Asimimo, casi todos sabréis también que con instalar el paquete gnome-session-fallback o incluso gnome-panel, el escritorio tradicional de GNOME pasará a formar parte de las opciones al inicio de sesión. En definitiva, este método devuelve el escritorio clásico, o lo que queda de él (ahora vuelven a decir que GNOME 3.7 va a dejar de mantenerlo, pero como lo han dicho varias veces y no terminan de hacerlo, esperaremos a ver qué pasa).
Pero, y yo al menos no tenía noticia de ello, instalar el conocido dock de GNOME, Cairo Dock, tiene premio. El de contar con tres nuevas opciones para iniciar sesión:
Como veis, me refiero a las tres primeras opciones: Cairo con efectos de escritorio (con composición; como lo tengo en la captura de arriba del todo), sin efectos y con el panel de Unity, lo que me resulta un poco sin sentido (¿si ya te sirves con el panel para qué necesitas Cairo?). Luego ya es configurarse el dock al gusto.
Y no hay más que contar. Personalmente me he acostumbrado lo suficiente a Unity como para preferirlo a algo así (es decir, si voy a usar Ubuntu lo hago con Unity, aunque solo sea por coherencia), pero si hay alguien que todavía no conociese el «truquito» este y quiera probar…