El Bundesrechenzentrum, el centro de cómputo dependiente del Gobierno austriaco y organismo encargado de diseñar las estrategias TI para los ministerios del país, alaba la suite ofimática Apache OpenOffice, que desde 2008 es la solución estándar implantada en unos 12.000 equipos.
«Estamos utilizándolo ampliamente, ya que es muy flexible y adaptable«, dice Wolfgang Schlapschy, líder y arquitecto del proyecto OpenOffice en el Bundesrechenzentrum. Así, una de las cualidades más valoradas por los expertos es la posibilidad de adaptar el software a las necesidades específicas de cada departamento, es el caso del Ministerio de Justicia de Austria, uno de los principales usuarios de la solución libre.
Entrando en el asunto técnico, los desarrolladores comparten sus propias extensiones de Java para OpenOffice, de manera que no necesitan modificar el código fuente de la aplicación para ofrecer funcionalidades; o integran aplicaciones especializadas con la suite, como NOA (Nice Office Access), otro proyecto Open Source que permite a los usuarios actualizar documentos utilizando el navegador web. Todo gracias al carácter abierto de OpenOffice.
En resumen, a unos pocos kilómetros al este de Múnich están muy contentos con OpenOffice, según lo expuesto por Schlapschy durante su participación en una conferencia de LibreOffice celebrada en Suiza unas fechas atrás. ¿LibreOffice? Sí, porque la intención del Bundesrechenzentrum, en parte para limar alguna de las asperezas -no todo es perfecto- que presenta el proyecto mantenido por la Apache Foundation, es buscar un punto de encuentro con el famoso fork.
«Tenemos que preguntarnos si es realmente necesario para ambos proyectos continuar de forma independiente«, dijo Schlapschy. «Hace que los usuarios estén inseguros, y tal vez disminuye sus opciones [Ndr: se refiere a las opciones de crecimiento de ambos proyectos por separado]. Nos gustaría ver versiones en la nube de las suites libres que permitieran a los usuarios trabajar desde donde quiera que se encuentren«, concluye.