Un lector de MuyLinux nos enviaba ayer este artículo bastante escandalizado por el supuesto daño que esa información puede hacer expuesta así, tan a las claras. Hablamos, bien lo sabéis, de los clásicos «comandos fatales» que tanto nos divierten.
Yo le tranquilicé y le dije que ese tipo de publicaciones es un tema recurrente del mundillo Linux y que para no arriesgarse a ser engañado en cualquier sitio siguiendo unas órdenes que no comprende, hay dos factores esenciales: confiar en el sitio que publica la información e intentar en lo posible descifrar los comandos antes de ejecutarlos.
Porque, seamos sinceros, la consola mola, pero tienes que poner de tu parte. Como tienes que hacerlo para optimizar tu seguridad y privacidad en línea, por ejemplo, porque nadie lo va a hacer por ti. Dicho esto, me entró la curiosidad y me dio por probar los cinco comandos mortales del texto mencionado…
Como veis, hay que estar muy despistado para caer en algo así. De hecho, solo la bomba fork funciona de primeras: tu sistema se va a colapsar sí o sí. Los demás o están capados o precisan aprobar una advertencia explícita. Por lo menos en Ubuntu.
En fin, que no os fiéis de lo primero que leáis por ahí e intentad haceros, si no amigos íntimos de la terminal, buenos conocidos. Además, la consola es necesaria para cuatro cosas básicas y muchas veces ni eso -hablando siempre de usuario de escritorio corriente y moliente.
¿Queréis más ejemplos de comandos fatales? Hace casi cinco años que en estas páginas publicamos un artículo al respecto con una lista interesante que, cómo no, fue complementada rápidamente en los comentarios. ¿Tenéis alguna perla que aportar? Adelante. Pero recordad: no hagáis esto en casa, o hacedlo como lo he hecho yo, en máquina virtual que nadie saldrá herido.