Queda muy poco para despedir 2018 y como es tradición en estas fechas, nos proponemos dar repaso a lo más señalado del año. Comenzamos con este artículo especial en el que recogemos lo más destacado de GNU/Linux en 2018, es decir, las noticias y temas más relevantes del año para el mundo de GNU/Linux, el software libre y el código abierto, que tienen mucho en común, pero no son lo mismo.
Será mañana cuando hablemos de las mejores distribuciones del año (según MuyLinux; unos días más tarde saldrán los resultados de la encuesta con vuestra opinión), pero hoy vamos a lo que vamos. En el entorno de GNU/Linux han pasado muchas cosas este año, que condensamos en nuestra lista con los diez protagonistas de 2018.
Meltdown y Spectre
2018 arrancó fuerte y en sus primeros días nos dio la que sin duda es la gran y peor noticia del año: Meltdown y Spectre, las peores vulnerabilidades en la historia de los procesadores no solo para GNU/Linux, que también. Lo advertimos desde un principio: esta sería la noticia del año y que se quede en eso, porque va camino de conseguir un lugar en el podio de las peores de la década.
Tan grave es el asunto, que aun cuando Meltdown está corregida a costa de un poco de rendimiento, Spectre no puede ser corregida por completo y la situación ha llegado a un punto que los desarrolladores de Linux se han negado a incluir el último parche de Intel por el impacto que tienen en el rendimiento del sistema: serán las distribuciones las que elijan si habilitarlo o no.
Y sin embargo, el mundo sigue girando, los ordenadores se siguen vendiendo y la gente los sigue utilizando. Un contraste muy interesante entre lo grave del problema y la escasa incidencia que, por el momento, está generando.
Microsoft
¡Ay, Microsoft! Se cuela por tercer año consecutivo en esta lista, y no por la cara. En 2016 hablábamos de Microsoft hasta en la sopa y en 2017 tres cuartos de lo mismo. Pero es que en 2018 todo ha ido a más. A destacar los acuerdos con las principales compañías de Linux, de lo puramente comercial como en el caso de Canonical y Red Hat, a alianzas para amparar las licencias de código abierto; puertas abiertas a todo lo que suena a Linux, ya sea en la forma de WSL o para la tienda de Azure; o la cesión de su portafolio de patentes para proteger a Linux.
Microsoft completa asimismo un 2018 en el que se ha volcado con las contribuciones propias, poniéndose a la cabeza en contribuciones de código abierto en GitHub y a la cola del ‘top ten’ de empresas que más contribuyen al código abierto por número de empleados, que tiene más mérito; pero también colaborando con otros proyectos que utilizan internamente, véase Git. Por no mencionar su reciente adopción de Chromium para Edge, la compra de GitHub… o, como mera curiosidad, The Open Source Show.
Microsoft ha llegado a autoproclarmarse el número uno del código abierto, y aunque sabemos que el volumen no lo es todo, el puesto en esta lista se lo ha ganado con creces.
Red Hat
Otro protagonista que no podía faltar en este repaso de 2018 es Red Hat, al que podemos considerar como el ejemplo definitivo de la gran empresa del código abierto: Red Hat está -no sola, pero estar está- a la vanguardia en tecnologías abiertas y es una de las que más contribuye al desarrollo de lo que entendemos como GNU/Linux, escritorio incluido; es una de las compañías mejor valoradas del mundo, está presente en universidades de todo el mundo… Y lidera el segmento Linux en el mercado de servidores.
Pese a ello, todo lo anterior ha sido una constante en el desarrollo de la firma de Raleigh, que forma parte de la historia de Linux y el código abierto desde hace mucho, no en vano la han llamado «la empresa Open Source de los 1.000 millones de dólares» primero, «la empresa Open Source de los 2.000 millones de dólares» después… y si no se repite el calificativo ampliando la suma en mil millones, es porque este año ha sido protagonista de una de las mayores adquisiciones de la historia de la tecnología.
En efecto, IBM compró Red Hat por una cifra astronómica, pero la compañía del sombrero rojo tiene la intención de continuar operando como una unidad independiente, aprovechando la estructura del gigante azul «para crecer mucho más rápido«. Y todo ha ocurrido en año en el que Red Hat ha celebrado su veinticinco aniversario.
Kubernetes
¿Te sorprende ver a Kubernetes en esta lista? No debería, y es que este proyecto original de Google es una de las tendencias tecnológicas profesionales más arrolladoras que se han visto en los últimos años. En MuyLinux nos ocupamos sobre todo del entorno escritorio y por eso no le hemos hecho el caso que debiéramos, pero… ¿y si te dijéramos que en las grandes compañías que operan en la nube Kubernetes se ha convertido en el componente elemental por encima de Linux?
Fue la explosión de las tecnologías de contenedores las que hicieron necesaria la creación de una herramienta de gestión a la altura de las circunstancias, y se llama Kubernetes, estándar de facto camino de estándar oficial. Hablando de nuestro anterior protagonista, Red Hat compró CoreOS a principios de año con el objetivo de mejorar su competencia con Kubernetes, y unos meses más tarde celebraba el aniversario del proyecto de la forma más altisonante posible: declarándolo como «el nuevo Linux de la nube«. Por su parte, SUSE le ha dedicado una canción.
Ahí sigue Linux, OpenStack, Docker… Pero la tecnología que ha marcado la tendencia en 2018 ha sido Kubernetes. Y esto no acaba más que de empezar.
Chromium
Los navegadores web de PC recobran la relevancia a nivel mediático en pleno 2018 y lo hacen por una sola, pero determinante noticia: la mencionada adopción de Chromium para Edge, por la que Microsoft se convertirá en contribuidor del navegador abierto. ¿Un tema menor? Para nada, porque por primera vez en casi veinte años, las tecnologías que dan pie a la entrada a Internet a millones de personas en todo el mundo, quedan relegadas a tres grandes opciones, dos de las cuales están directamente ligadas entre sí: Chromium, Webkit y Firefox.
Convendremos en que no conviene mezclar conceptos, asimilar las tecnologías que usa un producto con el producto en sí mismo, pero simplificando el asunto es así. Es decir, cuando Mozilla lamenta la decisión de Microsoft no es porque las alternativas mermen para el usuario final, sino porque lo hacen para el desarrollador. Peor hubiera sido si Google no hubiese creador Blink a partir de WebKit, ya que entonces sí que habría solo dos actores… Pero teniendo en cuenta que, con excepción de iOS, Chrome es el navegador más usado en PC, incluyendo Windows y macOS, quizás con la excepción de Linux; o que las principales alternativas multiplataforma (Opera, Vivaldi, Brave y tal vez en un futuro Microsoft Edge) se basen en Chromium… Tanto monta.
En llano, el movimiento de Microsoft ha dejado a Mozilla como la única proveedora de una tecnología alternativa a la plataforma web dominante, y como no reaccionen mejor de lo que lo han hecho hasta ahora, quién sabe qué pasará con Firefox. Y sí, Chromium es software libre, por lo que la situación no es en absoluto comparable a la que se sufrió con Internet Explorer.
Ubuntu 18.04 LTS
¿Echabas en falta al escritorio Linux en esta lista? Como se ha comentado, será mañana cuando hablemos de distribuciones, pero Ubuntu se ha ganado el estar aquí por diferentes razones. No hay que olvidar que Ubuntu es el representante de Linux en PC, y el lanzamiento de una nueva versión LTS es por costumbre un acontecimiento señalado por todo lo que representa, valga la redundancia.
Más allá de las novedades de Ubuntu 18.04 LTS, y son unas cuantas, entre las que se cabe destacar la vuelta de GNOME como escritorio, habida cuenta de que en entornos en producción prima el uso de las ediciones con soporte extendido, es gracias a este lanzamiento -que solo pasa cada dos años- que hemos recibido las nuevas versiones de distribuciones como Linux Mint, elementary OS o KDE neon. En el segmento servidores, además, Canonical daba el campanazo anunciando 10 años de soporte.
Y, por qué no decirlo, aprovechamos la vez para renovar nuestras guías de ayuda para Ubuntu. Si las necesitas, ahí las tienes.
GNOME
Siguiendo la senda que marca Ubuntu, 2018 también ha sido un año importante para GNOME y, por extensión, para el escritorio Linux. Su regreso a la edición principal de Ubuntu es un hito, si bien en este caso debiéramos especificar, pues nos referimos a GNOME Shell. GNOME al completo nos ha dejado este año dos versiones y muchas polémicas, así como alguna curiosidad.
La infame pérdida de memoria de GNOME Shell ha sido el tema recurrente, porque de hecho no se ha resuelto hasta hace poco; pero lo cierto es que la discusión en torno a GNOME nunca se ha reducido a un problema concreto. Con el entorno de escritorio en su mejor momento en cuanto a completitud y consistencia, el rendimiento, pero también el diseño y sobre todo la falta de una comunicación efectiva hacia el grueso de los usuarios, han generado ríos de tinta virtual. Y aunque la comunidad se ha esforzado por mejorar las cosas en lo posible, los hilos de discusión han flambeado Internet a lo largo del año.
Por otro lado, GNOME Foundation ha recibido este 2018 donaciones superlativas que ya ha puesto a funcionar, y al final las soluciones para todo lo que surge van llegando. Como curiosidad, a pesar de que liga con las vicisitudes que atraviesa el proyecto, hicimos una encuesta cuyos resultados, sin ser ni mucho menos lo representativos que quisiéramos, nos revelaron un dato a tener en consideración: la gran mayoría preferís GNOME Shell con varias extensiones.
Flatpak y Snap
Llevamos tiempo hablando de los nuevos formatos de empaquetado y distribución de aplicaciones Flatpak y Snap, pero ha sido este 2018 cuando de verdad han comenzado a hacerse notar y a demostrar que son un recurso de interés. El estado de Flatpak y Snap en las principales distribuciones es bueno, aunque podría mejorar, y cada vez más desarrolladores apuestan por su adopción para lanzar sus aplicaciones para Linux.
En el caso de Flatpak, lo más destacable que nos ha dejado en 2018 es el lanzamiento de su versión 1.0, la aparición de Winepak y la actualización de Flathub, la tienda o repositorio de facto del que es al mayor catálogo de aplicaciones en este formato disponible actualmente.
Por su parte, Snap nos ha dejado desde incidentes menores de seguridad y malas excusas, a la promesa de hacer sitio para las aplicaciones Electron, una oleada de lanzamientos inesperada (Notepad++ o foobar2000 son dos ejemplos llamativos; lo mejor de cada mes lo recogemos en el PING). Canonical ha conseguido cierta relevancia entre las desarrolladoras comerciales y se congratula de ello.
32-bit
Un año más, nuestro resumen del año destaca como tema los 32-bit. Para quien se queje no de la atención que le dedicamos, sino de que la vieja arquitectura vaya a pasar a mejor vida en las grandes distribuciones GNU/Linux, decirle que la cosa viene de lejos. Ya en 2016 advertimos que los 32-bit están en vías de extinción con ejemplos sonados, y en 2017 el abandono se acrecentó de manera incontestable.
En 2018 todo ha ido un poco a más, cerrando el año con la constancia de que Ubuntu retira por entero el soporte para instalar e incluso actualizar el sistema en arquitecturas de 32-bit: la edición principal con GNOME lo hizo el año pasado y este le han seguido Ubuntu MATE y Budgie, Kubuntu, Xubuntu y finalmente Lubuntu. No es de extrañar, pues, que las derivadas empiecen a adaptarse a las circunstancias. Solo Linux Mint se resiste.
Hay y habrán alternativas, y vale la pena añadir un dato que no se ha mencionado en el apartado dedicado a Ubuntu 18.04 LTS: es la última versión de largo recorrido que disfrutará de un soporte accesible para usuarios de 32-bit; pero también hay que ir haciéndose a la idea de que estamos a punto de entrar en 2019, año en el que, ojo, el mismo kernel Linux podría dar igual paso: se ha debatido en diversas ocasiones, pero la intensidad crece y el jefazo en principio no se opone.
Linus Torvalds
Hablando del jefazo, Linus Torvalds fue el protagonista de una oleada de discusiones y opinión que hasta hace poco había sido ajena al mundo de la tecnología en general, de Linux y el código abierto en particular. Todo sucedió después de que anunciase un retiro temporal «para reflexionar sobre su comportamiento y la agresividad verbal por la que es conocido». Una noticia que recogimos porque era imposible no hacerlo. Sin embargo, no cubrimos lo que siguió, que fue bastante, por lo embarrado de la repercusión, que ha terminado trascendiendo el ámbito tecnológico en el que nos movemos.
A diferencia del asunto de Microsoft y Chromium este puede parecer una anécdota, pero es solo la punta de un iceberg cuyos efectos se empiezan a percibir en el ecosistema de GNU/Linux. Unos efectos retratados en la proliferación de códigos de conducta en todo proyecto de código abierto que se precie, reflexiones en torno al respeto y la libertad de expresión, que son un reflejo de lo que pasa en el mundo occidental actual.
Por si acaso, recordar que Linus Torvalds hace tiempo que ha retomado su puesto al frente del desarrollo de Linux y que aun habiendo vuelto más concienciado -y con filtro en el correo electrónico que reemplazan los insultos por palabras no ofensivas-, sigue tan exigente como siempre y sin tolerar las chapuzas.
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Hasta aquí llega nuestro repaso a los temas más destacados de 2018 en el medio que nos toca, el de GNU/Linux, el código abierto y el software libre. Hay muchas cosas que se han quedado fuera, es cierto, así que te animamos a que nos dejes un comentario con lo que consideres que ha sucedido este año y merece un recuerdo por lo importante, o por las consecuencias que puede derivar en un futuro.