¿Convergerán Linux y Windows en un único sistema operativo? Eric S. Raymond, un conocido defensor del código abierto, se ha aventurado a decir en su blog personal que la convergencia entre Windows y Linux será imparable y que Microsoft convertirá en un futuro a Windows en una capa de emulación dentro de Linux. La entrada ha generado bastante ruido en los medios, no sin un aparente exceso de optimismo.
Las razones que esgrime Raymond no son desconocidas, y derivan de los cambios aplicados por Microsoft tanto en las políticas en torno a Linux y el Open Source como a su modelo de negocio. Desde la llegada de Satya Nadella al puesto de CEO, Microsoft ha girado hacia los servicios y ha potenciado enormemente la compatibilidad e interoperatividad de sus tecnologías con Linux, un camino que empezó con la liberación del código de la parte del servidor del framework .NET. El giro hacia los servicios ha hecho que en la actualidad el gran negocio de la compañía no sea Windows para el escritorio, sino Azure, la plataforma de servicios en la nube que, paradójicamente, tiene a Linux como sistema de referencia.
Los giros de Microsoft impulsados por Satya Nadella no responden solo a las preferencias del CEO sobre el modelo de negocio, sino también en unas ventas de PC que llevan una década de capa caída, algo que ha sido señalado por Raymond: “El monopolio de Windows se ha convertido en un espectáculo secundario con la caída de las ventas de PC (el único mercado que domina)”. De hecho, el propio Nadella ha reconocido que Windows ya no es lo más importante para Microsoft, por lo que intuir que la corporación irá destinando poco a poco menos recursos a su sistema de escritorio parece lógico. Pero todo apunta a que Windows, si muere, lo hará matando.
Pese a la existencia de elementos como WSL, Raymond insiste en que a Microsoft no le conviene continuar con el desarrollo activo de Windows para el escritorio: “Esto significa que el desarrollo continuo de Windows es algo que Microsoft preferiría no hacer y en su lugar sería mejor que invirtieran más capital en Azure”. Sin embargo, a Raymond parece que se le olvida que el gigante de Redmond genera dinero con Windows 10 a través de distintas vías más allá de la venta de licencias.
Sobre lo de convertir a Windows en una capa de emulación que funcionaría sobre Linux, Raymond señala a la posible existencia de una capa de compatibilidad similar a Proton, el Wine precocinado de Valve desarrollado con el propósito de facilitar la ejecución de juegos de Windows en Linux. Sin embargo, esa capa de compatibilidad podría ser un añadido de terceros y privativo frente a lo realizado por Valve y los desarrolladores de Wine, lo que seguiría otorgando un fuerte poder a Microsoft.
Otro punto que señala Raymond es el próximo lanzamiento de Microsoft Edge para Linux, el primer navegador web de Microsoft que ofrece soporte oficial para el sistema Open Source. Este movimiento tiene más de simbólico que de hito tecnológico, ya que Microsoft Edge se basa ahora en Chromium, una tecnología que cuenta con soporte para Linux desde hace muchos años, si bien avanza porque Red Hat está tirando del carro con Firefox.
WSL no es el triunfo de Linux, sino «adoptar, extender y extinguir»
Windows Subsytem for Linux (WSL) es una de las tecnologías más controvertidas que ha desarrollado Microsoft en los últimos tiempos. Mientras que unos lo interpretan como un triunfo para GNU/Linux, para otros es la clásica maniobra de las tres E (embrace, extend and extinguish o adoptar, extender y extinguir).
Eric S. Raymond cuenta que “WSL permite que los binarios de Linux no modificados se ejecuten en Windows 10. Sin emulación, sin capa de corrección, simplemente se ejecutan. Los desarrolladores de Microsoft ahora están implementando funciones en el kernel de Linux para mejorar WSL. Y eso apunta en una dirección técnica fascinante. Para entender por qué, debemos notar cómo ha cambiado el flujo de ingresos de Microsoft desde el lanzamiento de su servicio en la nube en 2010 (en referencia a que Azure es la principal fuente de ingresos).”
Si bien WSL permite ejecutar un sistema operativo GNU/Linux completo en Windows 10, ¿es un triunfo para GNU/Linux el haber sido convertido en una aplicación que se ejecuta en Windows 10? Seamos honestos, esto no es ninguna victoria, sino una claudicación en toda regla. Además de la clara maniobra de adoptar, extender y extinguir, la existencia de WSL se justifica en el hecho de que GNU/Linux le está comiendo aparentemente el terreno a Windows en el campo de la Inteligencia Artificial.
Microsoft está sacando a Vulkan del mercado a toda costa y a cualquier precio
Que Microsoft haya comprado Zenimax (Bethesda e id Software) es una clara muestra que Windows morirá matando, porque aparte de las implicaciones que tiene dicha operación contra los intereses de Sony PlayStation y Google Stadia, de cara a GNU/Linux esto podría tener una consecuencia: sacar de la competencia a la única desarrolladora de juegos AAA que ha hecho una apuesta sin cuartel por Vulkan, id Software.
Vulkan, gracias a que es multiplataforma y trabaja a más bajo nivel que otras API gráficas, abre la puerta no solo a portar más fácilmente los juegos a GNU/Linux, sino también a facilitar la ejecución de videojuegos de Windows en Linux, cosa que se ha demostrado muchas veces con Doom 2016. Cuanto más dificulte Microsoft la adopción de Vulkan, más dependientes serán los usuarios de GNU/Linux de traductores como DXVK y VKD3D, que requerirán de modificaciones adicionales para ejecutar los juegos a una calidad al menos cercana a la de Windows.
Por otro lado, recientemente hemos sabido que la infraestructura de Amazon Luna se basará en Windows y NVIDIA con el objetivo de facilitar los ports lo máximo posible, así que ya puede ir Google espabilando con Stadia, porque Amazon se ha limitado a ofrecer a los desarrolladores aquello a lo que están acostumbrados.
Conclusión
Eric S. Raymond finaliza su entrada con un “y Linux ganará la guerra de los escritorios, no al desplazar a Windows, sino por apropiación. Quizás tuvo que ser así siempre”. Como ya he expuesto, está claro que Microsoft está maniobrando para que Windows siga ahí por mucho más tiempo, o al menos todo el tiempo que pueda.
No hace falta ser un genio para suponer que Microsoft ha preparado el terreno para el posible socavón que le provocará Windows en un futuro, y es que a la compañía le interesa que su sistema de escritorio siga siendo usado por el público general para así generar dependencia de sus tecnologías, cosa que le permite abonar el terreno y hacer que el mercado siga girando en torno a sus imposiciones tecnológicas.
Es obvio que el gigante de Redmond se está preparando para cualquier escenario viendo que ha portado incluso algunas de sus aplicaciones gráficas más destacas a GNU/Linux, pero también el hecho de que Windows sigue siendo una prioridad (que no lo más importante) y que morirá matando y provocando todo el daño posible.
Para terminar, debido a fracasos como el de Mixer, algunos están empezando a atisbar el regreso de la vieja Microsoft, esa dirigida por Bill Gates y Steve Ballmer que fue acusada muchas veces de llevar a cabo prácticas monopolísticas.