«Canonical ya es autosuficiente«, sostenía Mark Shuttlerworth a principios de este año. Una declaración importante, a tenor de que durante prácticamente toda la historia de la compañía ha sido su inversión la que la ha mantenido a flote, pero tampoco especialmente significativa, pues ni es la primera vez que se informa de lo propio, ni ello equivale a que Canonical, desarrolladora de Ubuntu, sea una empresa con beneficios.
De hecho, más de dieciséis años después de su fundación, Canonical sigue operando con pérdidas, según se extrae del informe financiero publicado por la compañía a finales del pasado septiembre y del que se hacen eco en Phoronix. En el mismo se recogen los datos del año fiscal que cerraron en diciembre de 2019, por lo que no se trata del estado actual de Canonical, pero sí muestran la progresión que ha tenido en las últimas etapas.
Así, Canonical sigue creciendo y a lo largo de 2019 logró generar un 22% más de ingresos que en el periodo previo. En total, 119 millones de dólares de ingresos, frente a los 97 millones declarados en 2018. Este aumento de los ingresos -que no de los beneficios- supone, por lo tanto, una reducción en las pérdidas, de los 11 millones de dólares en 2018 a los 2 millones en 2019.
Como surfearán este 2020, el año en el que la pandemia ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2 ha sacudido el mundo, habrá que verlo. Pero las tecnológicas en general lo están llevando bastante bien y Canonical no tendía por qué ser una excepción. El propio Shuttlerworth aludía a ello en las declaraciones mencionadas y sus previsiones eran de cautela.
La COVID-19 ha sido, entre otras cosas pero principalmente, la razón por la que la compañía ha aplazado su salto a bolsa. Aunque más importante que la situación sanitaria es, desde luego, el balance entre ingresos y beneficios con los que Canonical o cualquier otra empresa puede atraer el interés de los inversores. En este sentido, la firma detrás de Ubuntu está bien posicionada y sus planes pasan por ir escalando posiciones.
Cabe recordar que el cambio de rumbo de Canonical con respecto a Ubuntu, Unity, la convergencia y demás, se dio tras mucho tiempo insistiendo en ello y tras ver que donde está el dinero, es en el software y los servicios profesionales. De ser algo diferente, Canonical pasó a convertirse en una competidora directa de referentes del sector como Red Hat o SUSE.
El informe, por cierto, también habla de la fuerza laboral de la compañía, que después del golpe de realidad señalado, redujo la platilla por debajo de los 500 empleados. Pero se han recuperado y las contrataciones vuelto al seno de Canonical, a pesar de que están preparados para «sostener cómodamente» las operaciones comerciales en el caso de que la situación empeore y las ventas caigan, que nunca se sabe tal y como están las cosas en estos momentos.
Así pues, Canonical todavía necesita crecer un poco más para empezar a recoger beneficios netos, dar el salto a bolsa y tutearse con las grandes del sector, pero están en el camino de conseguirlo más pronto que tarde. Y ya no dependen del bolsillo de Shuttlerworth para hacerlo. «Si mañana me encontrase con mi creador, Ubuntu continuaría en las capaces manos del equipo de Canonical y la comunidad«, decía.