Hace bastante tiempo que no le dedicamos un artículo a un reproductor de música porque lo cierto es que no hay mucho que contar: antaño fueron unas de las aplicaciones más populares de cualquier sistema operativo e incluso en GNU/Linux los había para dar y tomar… y los sigue habiendo, pero sin las ínfulas de entonces y con una notable menor presencia, y es que los servicios de streaming han cambiado el panorama como no podía imaginarse hace una década.
Así que disculpadme quienes todavía disfrutáis de vuestra colección de música local, porque yo apenas lo hago aunque la tengo, y entended que cuando hablo de Elisa como el ‘nuevo’ reproductor de música de KDE, a pesar de llevar un par de años ya en marcha, lo hago con retrospectiva, pues a fin de cuentas es el que ha ocupado el lugar que antes tuvieran otros y se mantiene en desarrollo activo, que no es poco (de Amarok se oyeron campanas hace un par de años, pero ahí quedó todo).
Total, que me he instalado la última versión de Elisa, que para eso estoy en KDE neon, y vengo a contaros un poco cómo ha sido la experiencia.
Elisa
Voy a empezar diciendo que ya había probado Elisa, pero me pareció bastante verde y como soy de los que entran en el grupo de los que lo escuchan casi todo por streaming, tampoco he seguido su desarrollo. Sin embargo, lo he estado utilizando todo el día y me ha funcionado bien, con matices: reproduce la música bien (!), pero importando mi colección y mostrándola ha tenido varios errores.
De hecho, he comenzado importando toda mi colección y cuando veía que se atascaba, he ‘reseteado’ la aplicación y he importado solo una parte, algo más de 10.000 pistas, de las cuales no ha llegado a añadir más de 6.000 y ha tardado unos 45 minutos nada menos. El almacenamiento donde tengo la música es HDD, pero aún así me ha resultado excesivo. Importar todas las pistas me ha costado costoso darle varias veces a «actualizar la colección de música».
Una vez con música que escuchar, he podido reencontrarme con la interfaz de Elisa.
No es malo el aspecto de Elisa, pero tampoco particularmente bueno. Lo que menos me gusta es ese desperdicio del espacio de la franja superior, donde se muestra la carátula e información (artista, álbum y tena) del álbum que está en reproducción; pero una carátula chiquitita, que usa para colorear el fondo desenfoque incluido. Personalmente, de ver algo que sea la carátula en gran, o las letras.
Por cierto, solo muestra la carátula si está incrustada en las pistas, o no he sabido hacerlo de otra manera, y tampoco parece haber otra forma de que se vean.
Por lo demás, la disposición de los elementos de Elisa recuerda bastante a la de Amarok en tres paneles: a la izquierda las funciones básicas de organización -por su nombre las conoceréis-, al centro el contexto de estas y a la derecha la lista de reproducción que está sonando. Todo correcto, con excepción del panel central de «reproduciendo», donde se muestra la misma información que en la franja superior y mi no entender. ¿Quizás ese cuadro está reservado para más adelante, cuando implementen letras?
Otras carencias que he encontrado en Elisa son que no permite editar los metadatos de los archivos, la ausencia total de listas de reproducción inteligentes en basa a criterios concretos, cero opciones de personalización… No es, desde luego, un reproductor de música para usuarios con necesidades avanzadas. Pero como digo, no hace mucho que salió, su desarrollo es comedido y tampoco parece pretender cubrir el hueco que ha dejado Amarok, aunque quién sabe hasta dónde llegará.
En la página oficial del proyecto lo presentan como «un reproductor de música desarrollado por la comunidad de KDE que se esfuerza por ser simple y agradable de usar. También reconocemos que necesitamos un producto flexible para dar cuenta de los diferentes flujos de trabajo y casos de uso de nuestros usuarios», así que ahí lo dejo. No está mal, pero es para lo justo, al estilo de GNOME Music o elementary Music, si es que se llama así este último.
Por mi parte me vuelvo al streaming y para escuchar música en local, seguiré con Audacious. ¿Y vosotros? ¿Seguís escuchando música en local o le dais al streaming? Si es lo primero, ¿cuál es vuestro reproductor de música preferido en estos días que corren?