Criptext es un nuevo servicio de correo electrónico cifrado que está dando bastante de que hablar últimamente por su particular enfoque, cuyo lema resume bien: «nos ocupamos de su privacidad, no de sus correos». ¿Cómo se cómo esto? Vamos a verlo.
Antes, un poco de contexto, y es que siempre han existido servicios de correo electrónico cifrados y formas de cifrar uno mismo los mensajes que se envían en los que no lo están, pero de unos años a esta parte aquellos centrados en la privacidad han proliferado como nunca antes. El motivo es vox populi: nunca antes se había tenido la percepción de abuso a la privacidad que se tiene hoy en día.
Podríamos decir que desde que en 2013 Edward Snowden destapara el programa de espionaje masivo de la NSA, servicios como ProtonMail, Tutanota y otros tantos se han hecho un hueco en las vidas de muchos usuarios. Los dos mencionados son de los más populares entre los usuarios de software libre precisamente por eso: se basan casi por entero en software de código abierto, una garantía adicional que es bueno tener en cuenta. Al margen de esto, son servicios al uso.
Un apunte: cuando hablamos de servicios de correo electrónico cifrados, nos referimos a aquellos que usan cifrado de extremo a extremo, de punto a punto, en el lado del cliente o como se le quiera llamar; el tipo de cifrado en el que solo el usuario tiene la contraseña para acceder a los datos. Hay que dejarlo claro, porque actualmente casi cualquier servicio en línea ofrece cifrado de transmisión y no es lo mismo.
Criptext, el servicio de correo que no guarda tu correo
Al igual que ProtonMail o Tutanota, Criptext es un servicio de correo electrónico que destaca por poner por delante de todo la privacidad del usuario. El cifrado de extremo, basado en el protocolo de Signal, es una de sus características. Otra no menos importante es que todo su software es de código abierto, incluyendo las aplicaciones para PC (Linux, Mac, Windows) y móvil (Android, iOS).
Sin embargo, si hay una característica que diferencia a Criptext de las alternativas mencionadas y otras tantas, es que no hay almacenamiento en línea que valga. Criptext solo proporciona el software; el almacenamiento lo pone el usuario en su propio dispositivo. «Sabemos que la privacidad no va solo de cifrado, por lo que Criptext no almacena ningún correo electrónico en nuestros servidores», explican. Nada de webmail, vaya.
Pero no te confundas, porque Criptext no es un cliente de correo electrónico: es un servicio. Abrirse una cuenta significa descargar el cliente, crear un nombre de usuario del tipo ‘nombre@criptext.com’ y usarlo como si de cualquier otro servicio se tratase, con la particularidad de que el almacenamiento lo estás poniendo tú. Esta es una propiedad muy sensible, porque la responsabilidad de conservar a buen recaudo la información es del usuario.
Así, de instalar Criptext y sufrir cualquier percance -un fallo en el almacenamiento, un borrado accidental o lo que sea- la pérdida de datos la debe asumir uno mismo. Para evitar este indeseable desenlace, Criptext tiene la opción de hacer copias de seguridad del buzón (los mensajes recibidos), así como de sincronizarlo todo a través de diferentes dispositivos. De no estar conectado en ningún dispositivo, eso sí, mantendrán los mensajes entrantes cifrados en sus servidores hasta un mes, antes de borrarlos.
Por lo demás, Criptext ofrece más o menos lo que cabría esperar: un cliente multiplataforma para el escritorio desarrollado con Electron (en formato AppImage para Linux), aplicaciones móviles para Android e iOS; doble autenticación; funciones básicas como borradores, etiquetas, firmas, etc, otras un poco más especializadas, como la posibilidad de agregar direcciones personalizadas en base a dominios, seguimiento de mensajes en tiempo real o la cancelación de envíos con un límite de una hora…
Y más que habrá, ya que Criptext se encuentra en desarrollo y muy activo y -ojo con esto- todavía sigue en fase beta. Toda la información acerca de este proyecto está disponible en el sitio web oficial y todo su código en GitHub.
Criptext, por cierto, es totalmente gratuito, aunque dispone de un plan plus con el que sustentar económicamente su desarrollo en el que se incluyen extras como imágenes de reconocimiento, acceso temprano a nuevas funciones y soporte prioritario. Hay que ver cómo evoluciona y si se asienta, pero es una iniciativa bastante interesante.